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Inicio » Blog » Habilidades cognitivas » ¿Adicto al móvil?¿Nos hacen los teléfonos móviles más tontos?
Parece bastante claro para todo el mundo que el uso de teléfonos móviles inteligentes, tablets y otros dispositivos portátiles con conexión a Internet han cambiado la manera en la que nos relacionamos con los demás y también en cómo estructuramos nuestro día a día. Solo los veteranos recordamos la época en la que existían las cabinas telefónicas, cuando te aprendías de memoria los teléfonos de tus amistades. La posibilidad de estar permanentemente conectado a una fuente de datos inagotable es una de las revoluciones tecnológicas más decisivas de la historia de la humanidad, al mismo nivel que la máquina de vapor, la televisión o el avión. Pero ser adicto al móvil tiene muchos inconvenientes…
La posibilidad de estar permanentemente conectados ha supuesto una transformación en nuestros hábitos de vida, y si bien los beneficios son inmediatos y por ello evidentes, los posibles inconvenientes por adicción al teléfono móvil no son tan fáciles de ver. No me refiero a los conflictos más habituales sobre distracciones y falta de atención a la persona con la que te encuentras tomando algo, sino a que aún no sabemos cómo puede afectar a largo plazo el uso continuo del móvil o la Tablet a cómo nuestro cerebro se organiza para procesar este aluvión permanente de estímulos.
De manera muy resumida, nuestro cuerpo dispone de sensores para captar estímulos externos – los sentidos y sus órganos correspondientes – y enviar la información al cerebro, que la procesa empleando dos entidades metafóricas: la memoria de trabajo y la memoria a largo plazo. Esta última sería nuestro “fondo de armario” y almacena todo aquello que recordamos de experiencias pasadas, datos aprendidos y etcétera. La memoria de trabajo sería la parte que se encarga de procesar lo que estoy percibiendo en el momento: qué es, qué significado tiene y qué recursos de atención y concentración utilizo para atenderlo, si es que he de hacerlo. Para decidirlo usamos tanto la información que viene de mis sentidos como los recuerdos almacenados.
Pues bien, un primer efecto del uso de la tecnología de la información es que estamos dejando de utilizar nuestra memoria para almacenar datos, dado que los tenemos en la Red. Cuando no nos acordamos bien de una referencia, nos abalanzamos sobre el móvil a buscarlo, con lo que hemos perdido el placer de las discusiones bizantinas con los amigos. Ya nadie pasa una hora disertando sobre si esta actriz y no otra hizo tal o cual película. Lo que es peor, delegamos conscientemente en Google la responsabilidad de erigirse en nuestra memoria a largo plazo, con las consecuencias imaginables para estudiantes, por ejemplo. El problema de “externalizar” el almacén de recuerdos es que dejamos de utilizar los procesos de memoria y por tanto, cada vez nos cuesta más. La información ofrecida por Internet, con enlaces e hipertexto, no está diseñada para el aprendizaje, pues distrae: ¿cuántos de nosotros no habremos ido a buscar información sobre el tiempo que hará el sábado y hemos terminado mirando vídeos de gatos en YouTube? Con el agravante de que el cerebro olvida aquello que es irrelevante, por lo que convertir en irrelevante la mayor parte de la información que procesamos tiene un riesgo grande.
La memoria de trabajo tampoco se escapa de este cambio trascendental. Para empezar, vamos a derribar un mito: la multitarea no existe. Los recursos con los que contamos para procesar la información inmediata que estamos recibiendo por los sentidos es limitada. Por lo que necesitamos repartirlos para atender aquello que es prioritario: cuando decimos que estamos realizando dos o tres tareas a la vez en realidad estamos dividiendo los recursos atencionales y pasando de una a otra tratando de mantener el hilo. El hecho de disponer de diferentes tipos de recursos como puedan ser la memoria visual o la auditiva nos permite ser flexibles, pero hasta cierto punto: si me pongo a estudiar con música de fondo, más vale seleccionar una relajante o con poco impacto emocional si no quiero correr el riesgo de encontrarme a los cinco minutos cantando a pleno pulmón mi tema favorito mientras ya no recuerdo por qué página iba. Y al contrario, si me concentro totalmente en la lectura, me sorprenderé preguntándome cuándo ha sonado esa canción que tanto me gusta y que me he pasado por alto.
Leer en el ordenador mientras tengo abierto el Facebook en un navegador me puede llevar fácilmente a distraerme cada poco tiempo con alguna notificación; cada vez que vuelva a la lectura necesitaré hacer un esfuerzo consciente para volver a colocarme en el contexto, recordar por dónde iba y qué estaba pasando. Así que es probable que necesite releer. En una hora dedicada a estas actividades posiblemente haya leído el mismo texto decenas de veces y mi capacidad de retentiva será muy baja.
El efecto de las notificaciones push sobre nuestro comportamiento y dinámica cerebral se está comenzando a estudiar ahora. Tener permanentemente el teléfono móvil a mano emitiendo avisos de mensajes entrantes tiene un efecto de enganche que la mayoría de nosotros hemos experimentado haciendo que te vuelvas un adicto al móvil y a sus notificaciones. Incluso podemos llegar a percibir “falsos positivos” y creer que nos llegan mensajes “fantasma” a nuestros teléfonos móviles cuando no es así. O consultar la pantalla compulsivamente. No sólo nos podemos convertir en adictos al móvil, sino que estos mensajes tienen un alto poder distractor, con lo que dificultan cualquier tarea que estemos haciendo. Pielot y Rello (2015, 2017) estudiaron el efecto de permanecer veinticuatro horas sin notificaciones activadas en un grupo de treinta personas y encontraron mejoras en cuanto a la eficiencia y un descenso en las distracciones y los niveles de estrés. No sólo eso, sino que dos años después, el 59% de los participantes mantenía un plan de desconexión digital vigente: su comportamiento a largo plazo había cambiado.
Este último aspecto, el que se refiere a nuestros sentimientos, es también esencial: cuando utilizo mis recursos más eficientemente, estando más concentrado y ejercitando mejor la memoria – procesos cognitivamente muy costosos y que requieren aprendizaje -, mi sensación es de ser más capaz y mi concepto sobre mí mismo cambia. Me concibo como alguien eficiente que sabe resolver problemas y tareas complejas o que puede afrontar el estrés y esto me puede dar un plus de autoestima importante. La manera en que uso mis recursos cerebrales también afecta a mi autoconcepto.
Los que venimos del mundo anterior a las tecnologías de la información podemos comprobar fácilmente cómo nuestra memoria y capacidad de concentración han empeorado. Pero un niño nacido en esta era es bastante difícil que pueda acceder a un espacio seguro donde aprender y ejercitar esta “gimnasia mental” de concentrarse sin distracciones y practicar la memorización. No basta con afirmar que la memoria es importante; hay que ejercitarla. Las nuevas tecnologías han llegado y se quedarán con nosotros, así que como vamos a seguir utilizándolas, más vale que nos preparemos para contrarrestar sus efectos más nocivos e introducir cierto orden en el caos de la cascada de información que nos abruma diariamente evitando así ser un adicto al móvil y todos los inconvenientes que conlleva.
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Especialidades: Terapia individual, Trauma, violencia de género, Terapia familiar
Psicóloga y psicoterapeuta humanista (Núm.Col. 16.934) Licenciada en Psicología (UB 2004), Doctorado en Personalidad, Desarrollo y Comportamiento Anormal (UB 2008), Máster en Terapia Cognitivo Social (UB 2009), Máster en Psicoterapia Humanista Individual y de Grupo (Instituto de Interacción 2014). Especializada en tratamientos avanzados para el trauma psicológico: Psicoterapia y Reprocesamiento del Trauma (Instituto Alecés 2016), Brainspotting I y II (Instituto Alecés 2016) y Psicoterapia Sensoriomotriz. Desregulación afectiva, defensas de supervivencia y memoria traumática (Sensoriomotor Psychotherapy Institut e Instituto Carl Rogers 2017). He realizado actividades de investigación, formación e intervención psicoterapéutica en diferentes ámbitos (conducta violenta, violencia de género, fibromialgia, terapia familiar, discapacidad, trastorno mental grave, grupo de ayuda mutua y crecimiento personal, entre otros). Durante el 2017 participé en el equipo de investigación de la UOC en el proyecto Escola Nova 21 sobre nuevas pedagogías. Autora de varios artículos científicos en el ámbito de la psicología clínica, he sido premiada por el estudio “Personalidad y psicopatología en menores infractores” por el Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Atiendo exclusivamente online.
Especialidades: Terapia individual, coaching, ansiedad, depresión
Soy Psicóloga y Psicoterapeuta humanista. Colegiada nº 22102 por el Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña y acreditada como Psicóloga General Sanitaria por la Generalitat de Catalunya. El grado en Clínica me dio las bases científicas para ejercer mi profesión con rigor y bajo preceptos científicos. El máster realizado en el Instituto Fromm, me dio la oportunidad de ampliar técnicas terapéuticas que me permiten tratar a mis pacientes de forma holística. Aparte de mi amplia experiencia como psicóloga y psicoterapeuta, dirijo proyectos en empresas privadas sobre estrategias en manejo de equipos, análisis de comportamiento grupal e individual e ideación y desarrollo de investigaciones cualitativas relacionadas con las tendencias del comportamiento humano ante determinados productos y servicios, así como en la construcción de relaciones personales y profesionales. En mi tiempo libre asisto a Congresos, amplío experiencias con otros profesionales del sector y colaboro en diferentes centros dando charlas sobre temas específicos, como crecimiento personal, adolescencia y crisis de identidad, qué hay detrás de la apatía y un largo etcétera de temas que son de gran interés y forman parte de nuestra vida y de la vida de las personas que nos rodean. Atiendo exclusivamente online.
Especialidades: Infantojuvenil, Terapia de pareja, Terapias contextuales
Psicoterapeuta especializada en el ámbito clínico (COPC nº 32008) y graduada en pedagogía. En el ámbito de la psicología clínica he realizado un máster en terapias contextuales y mi enfoque incluye terapias como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), la Activación Conductual (AC) o la Terapia Dialéctico Comportamental (DBT).
Algunas de mis áreas de especialización son la depresión, ansiedad, conflictos relacionales, autoestima, y terapia infanto-juvenil. Mi objetivo es acompañar a las personas para que logren construir una vida plena y con sentido.
Atiendo en modalidad presencial y online.
Especialidades: Ansiedad, depresión, TOC, trastornos de personalidad
Psicóloga (Colegiada COPC nº 30079) y psicoterapeuta especializada en el ámbito clínico. Máster en Psicología Clínica en la Universidad de Utrecht en los Países Bajos. He vivido en Holanda 3 años, durante los cuales estudié el máster y trabajé como psicóloga en la Clínica Privada Ravellaan, proporcionando psicoterapia en inglés, español y catalán. Experiencia con ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y trastornos de la personalidad (TOC y trastorno límite). En mi tesis del máster investigué sobre trauma y rituales colectivos, y su posible implicación en la reactivación del trastorno por estrés post-traumático y de los procesos de duelo en individuos de la primera y tercera generación desde la Segunda Guerra Mundial. Atiendo en modalidad presencial y online.
Especialidades: Infantojuvenil, Terapia de pareja, Terapia familiar
Describo mi orientación terapéutica como ecléctica con un enfoque humanista. Soy Licenciada en Psicología y durante el Máster me especialicé en psicoterapia infantil y adolescente con un sólido enfoque de psicología del desarrollo. Trabajé en un departamento de psiquiatría infantil en un importante hospital de Turquía y adquirí mucha experiencia con niños con trastorno del espectro autista. También soy evaluadora certificada de WISC-IV (Prueba de inteligencia para niños) para medir su grado de desarrollo y brindarles el apoyo y la dirección adecuados. Especialista en Terapia de Juego, Terapia Cognitivo Conductual para jóvenes (TCC) y Terapia Familiar. Actualmente, estoy completando un doctorado en consejería de parejas desde la Terapia Narrativa (psicoterapia de tercera generación) para abordar cualquier problema relacional o conflicto. Algunas de mis áreas de especialización:
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Estudié Psicología para poder acompañar a las personas en la mejora de su bienestar y en su proceso de crecimiento personal. Psicóloga colegiada por el COPC (nº 30.030) y licenciada en Criminología (UB, 2015). En el ámbito de la psicología clínica, tengo formación en técnicas de relajación para tratar bloqueos y traumas, en herramientas de intervención terapéutica con niños y adolescentes con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y un máster en Intervención psicológica en niños y adolescentes. Para ampliar mis conocimientos en el campo de la psicología forense, realicé un curso de Especialización en Entrevista Psicológica en casos de maltrato y abuso sexual infanto-juvenil. Atiendo en modalidad presencial y online.
Especialidades: Terapia sexual, terapia de pareja, adolescentes
Psicólogo General Sanitario (colegiado COPC nº 21.430) y psicoterapeuta. Máster en Psicoterapia Humanista Integradora (Instituto Erich Fromm, 2015). Postgrado como especialista en Terapia Sexual y de Pareja (UB, 2018). Curso un doctorado en Psicología y Salud por la UOC sobre relaciones a través de aplicaciones de citas. Amplia experiencia como terapeuta individual y de pareja, especializado en ansiedad, relaciones de pareja y terapia con adolescentes. Colaboro con diversas entidades como formador y docente. Tutor de prácticas de estudiantes de Psicología (UNED, UOC) y de diversos Masters (UB, ISEP). Profesor colaborador del Grado de Psicología en la UOC. Ingeniero superior de Telecomunicaciones, con 20 años de experiencia profesional como consultor de proyectos IT. Colaboro con proyectoART como psicoterapeuta. Escribo en el magazine digital JotDown en temas relacionados con la psicología. Atiendo en modalidad presencial y online.
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