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“Ya te lo dije”: la dura lucha por tener la razón

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Para poder guiarnos por la vida, los seres humanos contamos con una única fuente primaria de información: nuestra propia percepción. Procesamos la información que nos llega del exterior y construimos con ella un esquema mental propio de creencias, valores y opiniones que nos ayuda a tomar decisiones en nuestro día a día. Sin embargo, a pesar de ser de primera mano, sabemos que no es del todo fiable: no sólo nuestros sentidos pueden engañarnos, sino que el mundo exterior es cambiante, ambivalente e incierto. Para acabar de arreglarlo, los demás seres humanos tienen tendencia a procesar de otra manera los mismos estímulos que nosotros. Ante este panorama desolador, nos aferramos a una herramienta defensiva infalible: tener la razón.

El miedo a equivocarse y el querer tener la razón

Desde bien pequeños nos damos cuenta de nuestra incapacidad para explicarnos el mundo satisfactoriamente, y también de que existen personas más grandes y con más poder que nosotros – los adultos – que poseen esa sabiduría. Así que lo primero que necesitamos adquirir es una confianza básica en nuestra percepción. Esto se consigue por medio de la intervención de nuestros padres en el proceso de organizarnos la vida conforme a una rutina. La regularidad se traduce en la seguridad de poder predecir lo que ocurrirá a continuación. Los niños aprenden que después del baño toca cena, o que, si ven una película más de una vez, pueden adivinar qué escena toca en cada momento. La tranquilidad que da poder anticipar lo que pasará no tiene precio.

Pero es muy fácil volverse adicto a estas inyecciones de seguridad. Cuando me muevo en un escenario de incertidumbre, encontrar un patrón o poder hacer un pronóstico ajustado producen un placer indescriptible. Si lanzamos una profecía catastrófica sobre alguna decisión ajena que finalmente tiene lugar, en vez de tratar de animar o consolar a nuestro infortunado interlocutor que ha calculado mal, muchos de nosotros preferimos entonar un eufórico y perjudicial “ya te lo dije”, que no sirve para absolutamente nada más que mortificar al otro y ponerlo de uñas con nosotros ya que creemos tener razón.

Dado que refuerza nuestro poder personal como inteligentes y adecuados pronosticadores del futuro, somos capaces de desarrollar estrategias muy agresivas con tal de tener la razón. Pasando no solo por encima de los demás, sino incluso de explicaciones alternativas más sanas o satisfactorias para mí mismo. Solo hace falta haberme convencido de alguna creencia, da igual que resulte dañina o dolorosa; haré lo imposible para confirmarla. Tan poderosa puede llegar a ser mi necesidad de darme la razón.

“Yo siempre tengo razón”: Ya lo sabía

tener la razón

Hay un principio no escrito en psicoterapia que dice que nadie sufre a cambio de nada. Las personas tenemos una enorme capacidad de resistencia para soportar malestar psicológico, pero siempre hay un sentido en este sufrimiento. Una manera de aproximación a la comprensión de un problema psicológico es entender qué función tiene sostenerlo, porque no siempre es explícita; la mayor parte de las ocasiones es automática o inconsciente. Supongamos una persona que se ha convencido de que no le van a contratar para un trabajo que le interesa mucho. Está totalmente segura de que la van a descartar, ya sea por la edad o por el nivel de inglés que considera que tiene. A pesar de que la han llamado de la empresa, llega el día de la cita repitiéndose que no se haga muchas ilusiones, porque no tiene opciones.

Con bastante probabilidad, no obtendrá ese trabajo que tanto desea. No es una cuestión mágica, simplemente tenderá a actuar o comportarse según ese espíritu de derrota: se ha descartado antes incluso de que la entrevista tenga lugar. Así que es muy posible que se presente con desgana, asustada, vencida. Que no ponga excesiva atención en lo que le están preguntando, o responda rutinariamente … incluso que proactivamente le cuente al entrevistador que su inglés es pobre, o que a sus años es complicado encontrar trabajo. Eso sí, cuando reciba el correo agradeciendo la participación, pensará “ya sabía que me dirían que no”. Y sentirá cierta inconfesable oleada de satisfacción; el mundo sigue en su sitio, las cosas van como yo las imaginaba. Aunque imagine una catástrofe.

Ahora imaginemos que, en vez de esta certeza, nos hemos convencido de que no valemos, de que somos tontos, torpes o de que nadie nos querrá nunca. Vamos a ir por la vida buscando las señales confirmatorias y descartando aquellas que no cuadren con nuestra peculiar y horrorosa manera de ver el mundo. Pero oye, tendremos razón. Nos sentiremos seguros en nuestra desgracia. Predecimos catástrofes con una precisión asombrosa.

Los diferentes puntos de vista y el querer tener la razón

Si tenemos la capacidad de hacernos estas trampas al solitario, qué podemos decir del momento en que contrastamos nuestra particular visión del mundo con la de otro representante de la especie que discrepe mínimamente. Cualquier objetivo que incluya una negociación, llegar a un acuerdo, cooperar o mejorar nuestras vidas en común palidecen ante la defensa acérrima que vamos a hacer de nuestra postura, ya llueva, truene o caigan chuzos de punta. La razón, como casi todo el mundo cree, es un bien escaso que, si lo poseo, sin duda el otro carece de él. Y por esta pendiente deslizante, el conflicto entre puntos de vista diferentes deriva en una dura pugna por tener la razón.

Los juegos de poder

tener razónCuando implícitamente consideramos que de varias maneras de interpretar una misma situación solo una es la correcta – curiosamente la nuestra -, podemos declarar abiertos los Juegos del Hambre. Según Steiner (1971, 2005), los juegos de Poder son intentos deliberados de manipular a alguien para salirnos con la nuestra. De las diferentes familias o modalidades de juegos de Poder,  una de las más importantes es la de “todo o nada”, aquellos que se basan en la presunta escasez de algún recurso. Típicamente, la razón. Podemos escalar la discusión hasta límites insospechados para apabullar al otro en una competición imaginaria por alzarnos con tan preciado trofeo. Necesitamos ser validados; si admitimos un error o flaqueza en nuestra argumentación, anticipamos no solo el ataque del otro, sino nuestra propia voz interior criticándonos por nuestra debilidad o indecisión. Imponernos, o al menos salvar la cara, nos puede llevar a posiciones rígidas e inflexibles. A convertir cada conflicto en un combate a muerte por obtener nuestra propia aprobación.

Por este camino es fácil dejar un rastro de cadáveres, además de perder el foco de lo que plantea un conflicto: posibilidades no solo de negociar acuerdos ventajosos, sino integrar nueva información, nuevas maneras de pensar y de hacer que nos permitan flexibilizar nuestros esquemas mentales. De acercarnos a los demás y mejorar relaciones importantes. Cuanto más entrenados estamos en la posibilidad de cuestionar nuestras posiciones de partida y asimilar nueva información, mejor nos adaptaremos a nuevos escenarios; aunque resulte más duro que el inmovilismo, a la larga es una fuente más satisfactoria de seguridad que la inmediatez de reforzar mis prejuicios de partida.

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Psicóloga en Barcelona Mónica Antequera

Mónica Antequera Fariña

Psicóloga y Psicoterapeuta

Especialidades: Terapia individual, Trauma, violencia de género, Terapia familiar

Psicóloga y psicoterapeuta humanista (Núm.Col. 16.934) Licenciada en Psicología (UB 2004), Doctorado en Personalidad, Desarrollo y Comportamiento Anormal (UB 2008), Máster en Terapia Cognitivo Social (UB 2009), Máster en Psicoterapia Humanista Individual y de Grupo (Instituto de Interacción 2014). Especializada en tratamientos avanzados para el trauma psicológico: Psicoterapia y Reprocesamiento del Trauma (Instituto Alecés 2016), Brainspotting I y II (Instituto Alecés 2016) y Psicoterapia Sensoriomotriz. Desregulación afectiva, defensas de supervivencia y memoria traumática (Sensoriomotor Psychotherapy Institut e Instituto Carl Rogers 2017). He realizado actividades de investigación, formación e intervención psicoterapéutica en diferentes ámbitos (conducta violenta, violencia de género, fibromialgia, terapia familiar, discapacidad, trastorno mental grave, grupo de ayuda mutua y crecimiento personal, entre otros). Durante el 2017 participé en el equipo de investigación de la UOC en el proyecto Escola Nova 21 sobre nuevas pedagogías. Autora de varios artículos científicos en el ámbito de la psicología clínica, he sido premiada por el estudio “Personalidad y psicopatología en menores infractores” por el Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada. Atiendo exclusivamente online.

Psicóloga en Barcelona Lumi Espinar

Lumi Espinar

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Especialidades: Terapia individual, coaching, ansiedad, depresión

Soy Psicóloga y Psicoterapeuta humanista. Colegiada nº 22102 por el Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña y acreditada como Psicóloga General Sanitaria por la Generalitat de Catalunya. El grado en Clínica me dio las bases científicas para ejercer mi profesión con rigor y bajo preceptos científicos. El máster realizado en el Instituto Fromm, me dio la oportunidad de ampliar técnicas terapéuticas que me permiten tratar a mis pacientes de forma holística. Aparte de mi amplia experiencia como psicóloga y psicoterapeuta,  dirijo proyectos en empresas privadas sobre estrategias en manejo de equipos, análisis de comportamiento grupal e individual e ideación y desarrollo de investigaciones cualitativas relacionadas con las tendencias del comportamiento humano ante determinados productos y servicios, así como en la construcción de relaciones personales y profesionales.  En mi tiempo libre asisto a Congresos, amplío experiencias con otros profesionales del sector y colaboro en diferentes centros dando charlas sobre temas específicos, como crecimiento personal, adolescencia y crisis de identidad, qué hay detrás de la apatía y un largo etcétera de temas que son de gran interés y forman parte de nuestra vida y de la vida de las personas que nos rodean. Atiendo exclusivamente online.

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Noemí Bartolomé

Psicóloga, Psicoterapeuta y Pedagoga

Especialidades: Infantojuvenil, Terapia de pareja, Terapias contextuales

Psicoterapeuta especializada en el ámbito clínico (COPC nº 32008) y graduada en pedagogía. En el ámbito de la psicología clínica he realizado un máster en terapias contextuales y mi enfoque incluye terapias como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), la Activación Conductual (AC) o la Terapia Dialéctico Comportamental (DBT).
Algunas de mis áreas de especialización son la depresión, ansiedad, conflictos relacionales, autoestima, y terapia infanto-juvenil. Mi objetivo es acompañar a las personas para que logren construir una vida plena y con sentido.

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Paula Corella González

Psicóloga y Psicoterapeuta

Especialidades: Ansiedad, depresión, TOC, trastornos de personalidad

Psicóloga (Colegiada COPC nº 30079) y psicoterapeuta especializada en el ámbito clínico. Máster en Psicología Clínica en la Universidad de Utrecht en los Países Bajos. He vivido en Holanda 3 años, durante los cuales estudié el máster y trabajé como psicóloga en la Clínica Privada Ravellaan, proporcionando psicoterapia en inglés, español y catalán. Experiencia con ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y trastornos de la personalidad (TOC y trastorno límite). En mi tesis del máster investigué sobre trauma y rituales colectivos, y su posible implicación en la reactivación del trastorno por estrés post-traumático y de los procesos de duelo en individuos de la primera y tercera generación desde la Segunda Guerra Mundial. Atiendo en modalidad presencial y online.

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Especialidades: Infantojuvenil, Terapia de pareja, Terapia familiar

Describo mi orientación terapéutica como ecléctica con un enfoque humanista. Soy Licenciada en Psicología y durante el Máster me especialicé en psicoterapia infantil y adolescente con un sólido enfoque de psicología del desarrollo. Trabajé en un departamento de psiquiatría infantil en un importante hospital de Turquía y adquirí mucha experiencia con niños con trastorno del espectro autista. También soy evaluadora certificada de WISC-IV (Prueba de inteligencia para niños) para medir su grado de desarrollo y brindarles el apoyo y la dirección adecuados. Especialista en Terapia de Juego, Terapia Cognitivo Conductual para jóvenes (TCC) y Terapia Familiar. Actualmente, estoy completando un doctorado en consejería de parejas desde la Terapia Narrativa (psicoterapia de tercera generación) para abordar cualquier problema relacional o conflicto. Algunas de mis áreas de especialización:

  • problemas de desarrollo en niños, adaptación escolar, trastornos del aprendizaje, ansiedad, depresión, tics, conductas suicidas, celos entre hermanos, asesoramiento en caso de divorcio para niños y padres
  • problemas de comunicación y relacionales para parejas.

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Especialidades: Ansiedad, depresión, trauma, trastornos de personalidad

Estudié Psicología para poder acompañar a las personas en la mejora de su bienestar y en su proceso de crecimiento personal. Psicóloga colegiada por el COPC (nº 30.030) y licenciada en Criminología (UB, 2015). En el ámbito de la psicología clínica, tengo formación en técnicas de relajación para tratar bloqueos y traumas y en herramientas de intervención terapéutica con niños y adolescentes con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Para ampliar mis conocimientos en el campo de la psicología forense, realicé un curso de Especialización en Entrevista Psicológica en casos de maltrato y abuso sexual infanto-juvenil. Atiendo en modalidad presencial y online.

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Psicólogo General Sanitario (colegiado COPC nº 21.430) y psicoterapeuta. Máster en Psicoterapia Humanista Integradora  (Instituto Erich Fromm, 2015). Postgrado como especialista en Terapia Sexual y de Pareja (UB, 2018). Curso un doctorado en Psicología y Salud por la UOC sobre relaciones a través de aplicaciones de citas. Amplia experiencia como terapeuta individual y de pareja, especializado en ansiedad, relaciones de pareja y terapia con adolescentes. Colaboro con diversas entidades como formador y docente. Tutor de prácticas de estudiantes de Psicología (UNED, UOC) y de diversos Masters (UB, ISEP). Profesor colaborador del Grado de Psicología en la UOC. Ingeniero superior de Telecomunicaciones, con 20 años de experiencia profesional como consultor de proyectos IT. Colaboro con proyectoART como psicoterapeuta. Escribo en el magazine digital JotDown en temas relacionados con la psicología. Atiendo en modalidad presencial y online.